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martes, 30 de septiembre de 2014

La sexta extinción

¿A que le denominamos la sexta extinción? Una pregunta que el Instituto del Fondo Mundial para la Naturaleza de Suiza (WWF) nos explica:
La extinción de los animales del ecosistema es una consecuencia no internacional de las actividades del hombre. El impacto de la actividad humana es determinante para el cambio global del medio ambiente y es conocido como “defaunación del antropoceno”. Es así que los primeros datos acerca de la extinción se dan a partir del año 1500.
La perdida de fauna es global pero su distribución se concentra en ciertas zonas y algunas especies son más afectadas que otras.
Existen  muchos factores que considerar, la densidad por área cambia mucho. La pérdida de su territorio geográfico también es una amenaza. La interdependencia dentro de un ecosistema de una especie contra otra, ya que estos forman una cadena alimenticia y de servicios, como por ejemplo: la polinización y las aves distribuidoras de semillas. Esto produce un efecto en cadena que precipita la extinción de algunas especies a favor de otras o viceversa ya que si la vegetación cambia el ecosistema se altera. Así mismo, el cambio climático también influye en los procesos migratorios provocando otro tipo de desplazamiento.
Esto sin lugar a dudas afecta al hombre, ejemplo: Nuestra producción agrícola está presentando pérdidas millonarias.

Esto tiene una repercusión en la calidad y cantidad de nuestros alimentos así mismo como en nuestra salud, lo cual propiciaría la aparición de nuevas enfermedades. Finalmente, el ser humano no está tomando medidas concretas para detener esta irreparable tragedia; Es más, se sigue tomando a la ligera, es triste mencionarlo, sin embargo los intereses personales de muchas autoridades y científicos están acabando con la vida de cientos de animales y sus hábitats. Dura tarea que enfrentará nuestra generación. 

Divulgador Científico: Moriah Mora, 13 años / Edición: Valeria Fernández, 13 años.                                                                                  Fuente: El Comercio, septiembre 2014.

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