
La extinción de los animales
del ecosistema es una consecuencia no internacional de las actividades del
hombre. El impacto de la actividad humana es determinante para el cambio global
del medio ambiente y es conocido como “defaunación del antropoceno”. Es así que
los primeros datos acerca de la extinción se dan a partir del año 1500.
La perdida de fauna es
global pero su distribución se concentra en ciertas zonas y algunas especies
son más afectadas que otras.
Existen muchos factores que considerar, la densidad
por área cambia mucho. La pérdida de su territorio geográfico también es una
amenaza. La interdependencia dentro de un ecosistema de una especie contra
otra, ya que estos forman una cadena alimenticia y de servicios, como por
ejemplo: la polinización y las aves distribuidoras de semillas. Esto produce un
efecto en cadena que precipita la extinción de algunas especies a favor de
otras o viceversa ya que si la vegetación cambia el ecosistema se altera. Así
mismo, el cambio climático también influye en los procesos migratorios
provocando otro tipo de desplazamiento.
Esto sin lugar a dudas
afecta al hombre, ejemplo: Nuestra producción agrícola está presentando
pérdidas millonarias.
Esto
tiene una repercusión en la calidad y cantidad de nuestros alimentos así mismo
como en nuestra salud, lo cual propiciaría la aparición de nuevas enfermedades.
Finalmente, el ser humano no está tomando medidas concretas para detener esta
irreparable tragedia; Es más, se sigue tomando a la ligera, es triste
mencionarlo, sin embargo los intereses personales de muchas autoridades y
científicos están acabando con la vida de cientos de animales y sus hábitats.
Dura tarea que enfrentará nuestra generación.
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