El nuevo diseño de drone creado recientemente por la NASA, promete
destacar en el área de polémicos artefactos. Esto gracias a la más reciente
creación del centro Ames de la NASA. Este drone no sólo puede volar y sacar
fotografías desde el aire de manera autónoma, sino que posee además importante
característica que lo diferencia de antiguos modelos: puede autodestruirse con
solo entrar en contacto el suelo. Para autodestruirse, este diseño no solo cae
y se reparte muchos de pedazos, sino que su disolución funciona en base a la
biología. Con la idea de lograr esto, el drone fue pensado con materiales
especialmente más cercanos a la naturaleza. Así, cuenta con una estructura a
partir de micelio (un material que proviene de los hongos), una capa de
celulosa creada en laboratorio y una serie de circuitos de tinta en base de
plata. Esto lo hace completamente biodegradable. Ahora el drone se encuentra en
sus primeras pruebas de vuelo para perfeccionar su libre funcionamiento. Sin
embargo se espera que para sus siguientes prototipos, el dispositivo además
venga integrado con baterías que puedan degradarse naturalmente estando en el
suelo. Se espera que estos modelos permitan la observación, grabación, fotografía
de lugares cada vez más remotos y difíciles de acceder, pero sin el peligro de
contaminar sus suelos en caso de que se pierda control del equipo y caiga en
alguna zona demasiado alejada. Esto es un gran beneficio para el planeta,
también una gran forma de cuidarla. Poco a poco se está intentando que mientras
más se desarrolle la tecnología, más se cuide al planeta.
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