Las redes sociales, los aparatos
electrónicos, y el internet son herramientas que durante estos años se han
convertido en algo que no podemos dejar de lado por mucho tiempo ya que hasta
se han vuelto parte esencial de nuestras vidas. Desde que nos levantamos
revisamos las noticias, y el correo en el desayuno, vamos jugando, buscamos
información, usamos las redes sociales, revisamos si hay notificaciones,
volvemos a revisar para ver si hay un mensaje, escuchamos ese sonido que hace
nuestro teléfono, lo sacamos del bolsillo y no hay nada; ¿Qué pasa? ¿Estamos
teniendo alucinaciones? ¿Será que basta con ‘descasar del teléfono’ un rato? O
¿nos estamos volviendo adictos? El internet al igual que el tabaco o alcohol
pueden ser un problema; hay veces que por más que alguien esté lejos de casa y
ha olvidado su celular u otro dispositivo que suele usar, es capaz de regresar
por no poder estar sin él. Tan solo este ejemplo dice mucho y podemos estar
desarrollando una nueva enfermedad por la tecnología.
Al trastorno de adicción a internet se
le llama ciberadicción, aunque aún no está completamente aceptado; pero se dice
que es como cualquier otra adicción, como al tabaco por ejemplo o las compras
compulsivas: sólo que no es una sustancia la causante. Algunos médicos incluso
refieren que esto es una enfermedad que requiere muchos años de tratamiento y
que en vez de tratarlo con un psicólogo, se debe recurrir a un doctor para que
pueda ayudar a las personas con este problema. Se dice que puede tener relación
con los problemas de autoestima de las personas o la exclusión en la sociedad
siendo este su consuelo o el hecho de saber que al publicar experiencias hay un
público que lo verá y tener un ‘like’ es algo que alegra todos por lo que nos
motiva a seguir activos en redes sociales. Un ejemplo de síntoma de adicción al
internet, es que usarlo se empieza a volver más importante para nosotros que
las actividades que en realidad lo son, pero dejamos de hacer por los aparatos
tecnológicos. También
está la nomofobia, que es el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil que
viene de la expresión inglesa ‘no-mobile-phone-phobia’, los nomofóbicos sienten ansiedad cuando salen de casa sin
sus teléfonos, se les acaba la batería, etc.,
Esto nos puede traer malas
consecuencias que en algún momento vamos a lamentar como el distanciamiento
familiar, agresividad, obesidad, descuido en aseo y salud personal, etc.
También está la pérdida de interés en otras actividades, alteraciones de sueño
y apetito, bajas calificaciones, e incluso irritación en los ojos y
alteraciones mentales.
Los más afectados son los jóvenes, ya
que son ellos quienes hacen más uso de la tecnología. Existe variedad de
estudios que demuestran que la mayoría de personas adictas y que más usan
internet están entre los 15 y 22 años de edad estimándose que pasan 6 horas al
día conectados.
Como reflexión debemos tener
en cuenta que esto no es un juego, sino que puede llegar a ser un problema
grave el pasar tanto tiempo pegados a la tecnología, tenemos que poner horarios
y empezar a darnos cuenta que tener una conversación cara a cara es mucho mejor
que mandarse emoticones por chat y como todo no debemos hacer uso excesivo de
internet.
Divulgadora Científica: Kazhia Fernández, 13 años. Fuente: El Comercio, agosto 2014.
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