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martes, 26 de agosto de 2014

Adicción a nuestra vida, la virtual

Las redes sociales, los aparatos electrónicos, y el internet son herramientas que durante estos años se han convertido en algo que no podemos dejar de lado por mucho tiempo ya que hasta se han vuelto parte esencial de nuestras vidas. Desde que nos levantamos revisamos las noticias, y el correo en el desayuno, vamos jugando, buscamos información, usamos las redes sociales, revisamos si hay notificaciones, volvemos a revisar para ver si hay un mensaje, escuchamos ese sonido que hace nuestro teléfono, lo sacamos del bolsillo y no hay nada; ¿Qué pasa? ¿Estamos teniendo alucinaciones? ¿Será que basta con ‘descasar del teléfono’ un rato? O ¿nos estamos volviendo adictos? El internet al igual que el tabaco o alcohol pueden ser un problema; hay veces que por más que alguien esté lejos de casa y ha olvidado su celular u otro dispositivo que suele usar, es capaz de regresar por no poder estar sin él. Tan solo este ejemplo dice mucho y podemos estar desarrollando una nueva enfermedad por la tecnología.
Al trastorno de adicción a internet se le llama ciberadicción, aunque aún no está completamente aceptado; pero se dice que es como cualquier otra adicción, como al tabaco por ejemplo o las compras compulsivas: sólo que no es una sustancia la causante. Algunos médicos incluso refieren que esto es una enfermedad que requiere muchos años de tratamiento y que en vez de tratarlo con un psicólogo, se debe recurrir a un doctor para que pueda ayudar a las personas con este problema. Se dice que puede tener relación con los problemas de autoestima de las personas o la exclusión en la sociedad siendo este su consuelo o el hecho de saber que al publicar experiencias hay un público que lo verá y tener un ‘like’ es algo que alegra todos por lo que nos motiva a seguir activos en redes sociales. Un ejemplo de síntoma de adicción al internet, es que usarlo se empieza a volver más importante para nosotros que las actividades que en realidad lo son, pero dejamos de hacer por los aparatos tecnológicos. También está la nomofobia, que es el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil que viene de la expresión inglesa ‘no-mobile-phone-phobia’, los nomofóbicos sienten ansiedad cuando salen de casa sin sus teléfonos, se les acaba la batería, etc.,
Esto nos puede traer malas consecuencias que en algún momento vamos a lamentar como el distanciamiento familiar, agresividad, obesidad, descuido en aseo y salud personal, etc. También está la pérdida de interés en otras actividades, alteraciones de sueño y apetito, bajas calificaciones, e incluso irritación en los ojos y alteraciones mentales.


Los más afectados son los jóvenes, ya que son ellos quienes hacen más uso de la tecnología. Existe variedad de estudios que demuestran que la mayoría de personas adictas y que más usan internet están entre los 15 y 22 años de edad estimándose que pasan 6 horas al día conectados.

Como reflexión debemos tener en cuenta que esto no es un juego, sino que puede llegar a ser un problema grave el pasar tanto tiempo pegados a la tecnología, tenemos que poner horarios y empezar a darnos cuenta que tener una conversación cara a cara es mucho mejor que mandarse emoticones por chat y como todo no debemos hacer uso excesivo de internet.

Divulgadora Científica: Kazhia Fernández, 13 años.                                                            Fuente: El Comercio, agosto 2014.

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