
Pero, no es la primera investigación al respecto: otros
estudios ya habían demostrado que los niños criados en granjas tenían menos
tasas de alergia y asma. Esta condición se atribuyó a la exposición constante
de microorganismos y gran variedad de bacterias y también expuestos a alérgenos
producidos por cucarachas, ratones, etc. Durante su primer año de vida.
En contraste, otros estudios han demostrado que los niños
y adultos que habitaban en zonas precarias tenían un mayor riesgo de sufrir
asma.
Últimos hallazgos han demostrado que quienes estuvieron
expuestos a sustancias químicas durante su primer año de vida se beneficiaron
más, que sufrir de ellas. Un ejemplo de esto serían en los hogares, las
personas que se encuentran allí están expuestas a millones de bacterias las
cuales si tenían menos de un año se benefician más de ellas.
Los científicos fueron muy claros en recalcar que en sus
investigaciones no observaron efectos protectores por los alérgenos y la
exposición bacteriana durante el primer encuentro de un niño con estas
sustancias se produjo luego del primer año de edad.
Los estudios publicados de una revista inmunológica muy
reconocida revelaron que la exposición temprana tenía efectos protectores por
la configuración en la respuesta inmune en los niños.
Gracias a investigadores como el Dr. Robert Wood quién
logró demostrar que la exposición inicial puede ser crucial y podía llegar a
desarrollar mejores estrategias preventivas contra las alergias y silbidos del
pecho, los cuales son signos precursores del asma.
Me parece muy interesante esta noticia, ya que hasta en nuestros días comunes yendo por las calles vemos a niños de bajos recursos sanos y que no se enferman mucho cuando supuestamente no están bien protegidos o sea que estarían propensos a enfermarse pero en realidad son resistentes a las enfermedades; y lo que se cuenta en esta noticia podría ser una buena explicación y una interesante investigación.
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