La huella de carbono es la medición de gases de efecto
invernadero (GEI) emitidos hacia la atmósfera. El estudio de este tema se está
multiplicando alrededor del mundo por la creciente preocupación de la sociedad
global acerca de la contaminación y qué podemos hacer para contrarrestar sus
efectos.
Parte I: Estadísticas
Veamos algunas estadísticas: En 2000,
el consumo de carbón –que es la mayor fuente de GEI, con una contribución del
44%– en China alcanzó la suma de 1500 millones de toneladas. Al 2011, había
llegado a la inverosímil suma de 3 800 millones de toneladas. ¿Qué significan
estas cifras? Un incremento de más del 150% en apenas 11 años. Ahora vamos al
país más industrializado del mundo: los Estados Unidos. En 2000, alcanzó 1200
millones de toneladas, pero al 2011 una reducción de 100 millones de toneladas,
llegando a la cifra de 1100 millones de toneladas. Cabe resaltar que estas
cantidades son sólo en un año.
Más cifras: el consumo histórico de carbón de los Estados
Unidos alcanzó los 545 000 millones de toneladas desde 1850 hasta el 2012.
Leyendo bien la gráfica, se había llegado a las 100 000 toneladas hacia 1933, a
las 200 000 en 1967 y a las 300 000 en 1983. Esto significa un incremento
progresivo de primero 83 años, luego 34, y luego 16 años. Siguiendo con esto,
se llegó a las 400 000 en 1997, y en 2008 ya se había alcanzado el medio
trillón (es decir, 500 000 millones de toneladas), para terminar nuestro
recuento en 2012 con la cifra antes mencionada.
Con este estudio, los científicos han
determinado que debemos limitar nuestro consumo máximo de carbón al trillón de
toneladas (o sea, 1’000 000 millones de toneladas). Sin embargo, al paso que
vamos, alcanzaremos esa cifra para 2040.
Parte II: Consecuencias visibles
Una imagen vale más que mil palabras, por lo que ha llegado
el momento de mostrar algunas fotos de lo que causa este fenómeno causado
únicamente por el ser humano.
Apartado A: China
Quema aproximadamente la mitad del carbón mundial, sobre todo
para sostener un crecimiento de 13 veces en la generación eléctrica desde 1980.
Esto produce una demanda de mejor aire en el país asiático, donde a la
contaminación le han sido atribuidas más de 1’200 000 muertes anuales.
Shuozhou, Shanxi. El campesino retira los cultivos marchitos provocados por la
planta energética que abastece de electricidad a la metrópoli de Pekín.
Datong, Shanxi. Los trabajadores separan los bloques
de carbón en alta y baja calidad. Trabajan durante 11 horas para ganar 3
dólares diarios sin protección del polvo carbónico.
Shuozhou, Shanxi. El aire se vuelve denso
alrededor de la Planta Energética Shentou N°2. Los trabajadores se exponen a
enfermedades como cáncer de pulmón diariamente.
Apartado B: Estados Unidos
Extrae
aproximadamente 1000 millones de toneladas anualmente. En un principio, las
principales minas se ubicaban en el este, ahora minas en el oeste proveen de la
mayor cantidad de carbón.
Madison,
Virginia Occidental. Mediante el proceso denominado “remoción de la cima”,
se retiran 15 metros cúbicos de roca para alcanzar 1 tonelada de carbón.
Cientos de montañas de los Apalaches han sido destruidas así.
Norfolk, Virginia. A través del puerto de carbón de
Lambert, se exportan anualmente 20 millones de toneladas (2% de la producción
de EEUU), especialmente de los montes Apalaches.
Parte III: Soluciones
Apartado A: Soluciones industriales
Una solución que las
empresas pueden aplicar para reducir sus emisiones es la CAC (Captura y
Almacenamiento de Carbono): introducir el CO2 que emiten en el
subsuelo terrestre. En el 2007, la empresa American Electric Power en su planta
Mountaineer en New Haven, Ohio implementó esta tecnología. El edificio abarcaba
5 hectáreas y capturaba apenas el 1.7% de sus emisiones. En 2011, la empresa
desestimó este proceso porque no era rentable y desmanteló el elefante blanco.
Sin embargo, esta fue la primera piedra en le tecnología de captura de carbono.
Apartado B: Soluciones domésticas
Las personas
comunes podemos realizar simples procedimientos para reducir nuestra propia
huella de carbono:
1. Los árboles –y las plantas en
general– son entidades únicas en la naturaleza: absorben el CO2 y
expulsan O2. Si mantenemos y creamos bosques absorberemos más
dióxido de carbono y expulsaremos oxígeno: las dos partes ganan.
2. Reducir el uso del carro y utilizar
más la bicicleta: 0 emisiones, 0 gasolina, menos gasto de dinero, ¿qué mejor
que eso hay?
3. Menos productos manufacturados: menos
emisiones: menos huella de carbono. Simple analogía.
Parte IV: Mediciones de la Huella de Carbono
Existe el
mito de que todavía no existe la forma de medir la huella de carbono. En
realidad, si existen, y se clasifican en dos:
a.
Huella
de carbono de una organización
Para este
proceso, se toman en cuenta todas las emisiones de GEI a lo largo de un determinado
periodo de tiempo. Para este proceso se utilizan los protocolos GHG Protocol e
ISO 14064-1:2012.
b.
Huella
de carbono de un producto
Se analizan
todos los procedimientos realizados durante el Ciclo de Vida de un producto. Se
utilizan los PAS 2050:2011, ISO/TS 14067:2013, ISO 14040 e ISO 14044.
Parte V: ¿Cómo medir tu Huella de Carbono?
Recientemente,
la Environmental Protection Agency (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados
Unidos ha desarrollado la tecnología para determinar la cantidad de GEI emitidos
al ambiente por persona. Tú también puedes hacerlo, entrando a esta página:
Los valores están expresados en pesos
chilenos. Es necesario cambiar los valores monetarios desde la moneda del país
donde residas.
Parte VI: Conclusión
Por todo lo
mencionado anteriormente, es necesario mejorar nuestros hábitos, desde nuestra
alimentación hasta la cantidad de veces que utilizamos nuestros vehículos,
pasando por los gastos en electricidad, agua, y todos los aparatos electrónicos
que actualmente utilizamos. Es necesario tomar conciencia desde nuestros
hogares de que vivimos un contexto mundial en el que la ecología y el reciclaje
cumplen un papel importantísimo en nuestras vidas, porque nosotros mismos
podemos hacer un cambio, por más pequeño que sea, para mejorar la calidad de
nuestro aire, pues sin él, no sobreviviríamos.
Hago un
llamado para que comencemos a pensar sobre qué es lo que hacemos para
contribuir con la contaminación, y que podemos hacer para contrarrestar sus
efectos que, llegado un momento, serán muy tarde para revertir.
Estamos a
tiempo para hacernos la pregunta: ¿el carbón podrá alguna vez ser limpio?